Las aguas continentales se distinguen por presentar una cantidad considerablemente menor de sales disueltas, en contraste con las aguas oceánicas, además, se manifiestan en diversas formas y regiones en las zonas emergidas de los continentes, a continuación describiremos algunos de los más destacados.
Ríos
Estos forman corrientes superficiales que circulan por un cauce y con un caudal (cantidad de materia que es transportada por unidad de tiempo y en cierta dirección) continuo, generalmente durante todo el año. Esta agua tiene su origen del deshielo, de la lluvia o incluso de los manantiales. Los ríos son clasificados con base en las características del terreno y de la naturaleza de las rocas por donde fluye el agua, de ahí que podemos encontrarnos con ríos jóvenes, maduros o viejos.
Ríos jóvenes: estos se encuentran en zonas montañosas en terrenos con una pendiente pronunciada donde se forman valles en forma de «V», cañones, desfiladeros, barrancos, cascadas y rápidos.
Ríos maduros: estos pueden encontrarse en zonas donde la pendiente no se encuentra muy pronunciada. Algunos lugares comunes son los valles de inundación, inicios de llanuras aluviales, depósitos de cantos o incluso, en inicios de meandros.
Ríos viejos: estos se desarrollan en llanuras, donde se forman numerosos meandros y se depositan aluviones; se pueden formar lagos de herradura, deltas y barras en la desembocadura.
Lagos
Se distinguen por ser depósitos de agua encontrados en depresiones continentales. Estos son clasificados con base en la relación que sostienen con los ríos, así como por el tipo de depresión que ocupan.
Lago de recepción: se llama así por el hecho de que los ríos desembocan en una depresión.
Lago de transmisión: un río desemboca en una depresión, sin embargo, este último cuenta con una salida que da pie a una nueva corriente.
Lago de emisión: se trata de aquellos que forman una corriente fluvial.
Glaciares
Estos se relacionan directamente con aquellas regiones con una considerable altitud, por lo tanto, se puede decir que son cuerpos de hielo permanente que se ubican en las altas montañas, aunque también, se les puede encontrar en zonas polares.
Podemos identificar dos tipos de glaciares, aquellos que se forman al descender los hielos formados en las altas montañas (de valle), y aquellos cubren extensas áreas terrestres de las zonas polares (continentales). Los glaciares vienen a representar la formación de corrientes superficiales (los ríos) aunque también de la formación de lagos por depositación.
Aguas subterráneas (freáticas)
Se distinguen por encontrarse por debajo de la superficie del suelo, su formación se da gracias al escurrimiento por el subsuelo del agua de la superficie. Otras vías de su formación pueden darse por la actividad volcánica, dado que suele desprenderse humedad en el proceso, o también, por un mecanismo de atrapamiento entre capas de rocas sedimentadas en etapas geológicas lejanas.
Un ejemplo de aguas subterráneas son los mantos acuíferos, estos se forman por fracturas abiertas que dan pie a la formación de ríos subterráneos, mismos que circulan de acuerdo a la gravedad a la que se sometan.